jueves, 25 de julio de 2013

Gente Grande

Desde que soy madre, creo que me he vuelto más crítica con la sociedad. Parece que soy más consciente de que en muchos aspectos impera la falta de valores, y me preocupa criar un hijo en un mundo egoísta, materialista e insolidario. Son días que me siento negativa, supongo, aunque en otros me siento con muchas energías y ganas de poner mi grano de arena para cambiar las cosas. Me ilusiona pensar que en un futuro el mundo será mejor, porque las personas habremos aprendido a ser mejores.

Pero hoy no es uno de esos días. En una jornada trágica como ésta, que he pasado con un nudo en la garganta mientras seguía la información que daban en los medios sobre el lamentable accidente de Santiago, he llegado al final del día con una conclusión: aunque algunos sectores de la sociedad y personas concretas no están a la altura de lo que deberían, en general la ciudadanía es tan grande, nos rodea tanta buena gente que hacen que el mundo merezca la pena.

A lo largo de este día hemos podido ver vecinos desesperados por ayudar con todos los medios a su alcance. Bomberos, Policía, Protección Civil esforzándose al máximo. Personal sanitario que acudió unánime al auxilio de los heridos, ya estuviesen de servicio o bien de vacaciones, de baja, o incluso desempleados gracias a los famosos recortes. Por ver, hasta hemos visto pacientes abandonar los hospitales voluntariamente para dejar más espacio disponible.

En poco tiempo proliferaron las colas para donar sangre, tanto en el Centro de Transfusión de Galicia como en distintos hospitales. Todos querían ayudar, hacer lo posible para salvar vidas... 

Porque el ser humano es así: solidario, generoso, luchador, desprendido, valiente. Porque nos unimos ante la adversidad. Porque sabemos que cada vida es valiosísima, única, preciosa

Así que sí, me doy cuenta de que los grandes valores todavía mueven a la sociedad. Y cuando Pablo sea grande, si algún día me pregunta por esta tragedia u otras similares, tengo el consuelo de poder decirle que, pese a todo lo malo y lo terrible, muchas vidas pudieron salvarse, y muchos que sufrían encontraron apoyo y consuelo. Porque el ser humano es grande y maravilloso, aunque a veces se nos olvide


domingo, 23 de junio de 2013

Feliz feliz en tu díaaaaaa...


¡Holaaaaaaaa! Ya sé que soy una ingrata y llevo mucho tiempo desaparecida, y también sé que os debo una entrada sobre las impresiones de la vuelta al trabajo, pero cada vez que tengo la intención de escribir el peque no me deja, y cuando me deja (porque se duerme) ya no puedo con las pestañas... Pero bueno, hoy he buscado un ratito para hacer ese post que toda mamá bloguera que se precie suele hacer cuando su retoño sopla su primera velita... Es un decir, lo de soplar. En fin, que aquí os va, si es que todavía queda algún/a lector/a por estos lares nuestros.

Como podéis ver en la foto, la tarta de cumpleaños me quedó requetechulísima. Tiene mucho mérito, porque fue muy laboriosa: ir a la tienda a encargarla, ir a la tienda a recogerla... Sí, como super mamá soy un fiasco, lo reconozco, pero tuvimos tarta, que es lo que importa, ¿no? La vela la soplé yo, según mi madre porque soy una mamá desastrosa que no le enseñó a su niño a soplar la velita a tiempo para el día de su cumpleaños. Pero vamos, que sepáis que le enseñé a levantar el dedito cuando le preguntas: ¿cuántos añitos cumple Paaaaablooooooo? 

Nunca disfruté tanto un cumpleaños desde que era niña, lo reconozco. Estaban todas las personas que son importantes para Pablo, abrimos regalos, jugamos un montón, tomamos café y pastel... Lo que se hace en todos los cumpleaños infantiles, claro. Ahora tengo a padre e hijo hechos polvo del trajín del día, durmiendo en la cama como dos angelitos, y he aprovechado para hacer de madre ñoña y echar un vistazo a aquellas primeras fotos que le saqué, ver las de hoy y ponerme en plan bobalicona a pensar eso de "cómo pasa el tiempo" y "qué rápido crece", y todos esos tópicos...

La verdad, sí, en 365 días ha cambiado mucho, casi sin darme cuenta. La mayoría de las madres siempre me cuentan con cierta nostalgia y pena lo rápido que se pasó el tiempo, y que cuando vinieron a darse cuenta su bebé ya no era tal bebé. Por eso te dicen siempre que aproveches mucho el tiempo con tu hijo, que lo disfrutes mucho, y yo debo de haberlo hecho porque no tengo ninguna sensación de pena ni nada por el estilo. Me encantó tener un bebé recién nacido, tan tierno, tan dulce, y me encanta ser mamá de un pillín de un añito que no descansa en todo el día mientras coge, tira, sube, baja, salta, quita, pone... Lo he visto durante este año aprender cosas cada día, superar reto a reto, girarse, gatear y dar torpes pasitos, comer con los dedos y hacer sus primeros pinitos con la cuchara, cepillarse (de "aquella manera") los dientes, y toda clase de avances que no dejan de darme alegrías. ¿Cómo voy a ponerme triste si estoy viviendo todo esto? Cada etapa es diferente, y me lo paso en grande viendo cómo descubre el mundo y se hace mayor. Así que no, seré rara pero de nostalgias nada, ni pizca.

Después de pasar el "momento foto" del antes y el después, ¿qué mejor que entrar al blog a dejaros unas palabrillas? Y es que parte del mérito de disfrutar tanto de este primer año de maternidad está en esta bitácora. No es que haga falta un blog para acordarse de las anécdotas, experiencias y situaciones varias, pero es una muy buena forma de guardar un recuerdo de estos días, un relato que acompañe las fotos y los vídeos y que algún día espero compartirlo también con Pablo, cuando sea lo suficientemente grande para poder leerlo. Termino con un consejo, y eso que no acostumbro a darlos: A quienes todavía no lo habéis hecho, probad la experiencia y escribid sobre vuestro bebé. No tiene que ser un blog que se comparte en internet, basta con hacer una especie de diario, o escribir en una agenda detalles que os pasan, recordar sus muchas primeras veces... Tampoco hace falta que lo lea nadie, pero si os apetece el día de mañana tendréis un regalo muy especial que hacerle a vuestros hijos, ¿no os parece?

Y hasta aquí por hoy, ¡feliz domingo!




lunes, 20 de mayo de 2013

Conversaciones absurdas

A veces ya piensa una que todo se rige por modas, hasta en los temas relacionados con los bebés. Y es que estoy plenamente convencida de que hay una serie de ideas y de frases relacionadas con ellos que se han puesto de moda, al punto de que se escuchan constantemente. Yo creo que a veces se dicen hasta sin pensar, pero claro, como están socialmente aceptadas... Me refiero a esos tópicos que la gente usa y repiten como si fuesen mantras, casi casi. El caso es que a mi me pareció un ejemplo de esto una conversación que tuve el otro día cuando fui al banco, a ver qué opináis vosotros:

Hace unos días PapádePablo dejó al peque al mediodía con sus padres mientras yo no llegaba del trabajo porque tenía una reunión. Antes de ir a recogerlo, me pasé por el banco y me encontré a una conocida en la cola, y estuve un rato charlando con ella.

- ¿Y cuántos meses tiene ya el niño? Porque es un niño, ¿no?
- Sí, se llama Pablo y tiene diez meses.
- ¡Diez ya, cómo pasa el tiempo! ¿Y qué tal? ¿Es tranquilo? 
- Muy bien, estamos encantados. A ver qué tal hoy porque es la primera vez que lo dejamos en casa de los abuelos un rato...
- ¡¡¡¿¿¿La primera veeeeeeeeeez???!!!
- Sí... 
- ¡Pues muy mal!

Así me lo espetó la mujer, toda llena de razón. Que, a ver, puedo dejarlo o no dejarlo, pero ¿muy mal? ¿cómo que muy mal? Y claro, estupefacta como estaba pregunté el porqué.

- No dejarlo nunca... eso es muy malo, malo para el niño y para los abuelos también, pobres abuelos.
- (¡Anda yaaaaaa!...) Pero... a los abuelos los va a ver siempre de visita, lo que no hace es quedarse con ellos...
- Pero tiene que acostumbrarse a quedar con los abuelos. La mía (su hija es más o menos de mi edad, algo más joven) quedaba encantada con todo el mundo: tíos, abuelos, primos... es bueno que lo acostumbres porque sino luego lo pasa peor él y peor vosotros. Y les viene muy bien.
- Bueno... es que a mí dejarlo sin necesidad pudiendo estar yo con él solo para que se acostumbre... 
-¡Noooooooo, mujer! Eso no, sin necesidad claro que no.

Ahí sí que ya me perdí del todo. A ver: lo tengo que acostumbrar para que se quede con otras personas, para que en el momento en que de verdad tenga que dejarlo no se disguste. Para ello, tengo que hacerlo antes y adelantar el disgusto, que seguro que siendo más pequeño está más preparado (?????). Pero claro, no es necesario que lo deje sin necesidad para entrenarlo. Yo no sé vosotros, pero no he entendido NADA DE NADA. Debe ser que ya lo estoy haciendo bien. O mal. O todo lo contrario.

Y a esto viene lo de las frases hechas, porque la verdad es que siempre oigo las mismas cosas, y por conversaciones como esta es que empiezo a pensar que no están muy meditadas. Porque todos saben que "se tienen que acostumbrar a...", o "les viene muy bien esto y aquello", o "las rutinas son muy importantes". Hay dos clases de personas que dicen esto: los que han hecho las cosas así, que saben cómo les ha ido a ellos pero no saben cómo les hubiese ido de otra manera, y los que hablan de oídas porque son las frases que todos repiten. 

Yo como soy muy rara, lo dejaré si se hace necesario y por el tiempo necesario, básicamente porque me da la gana. Porque cada cual tiene su opinión sobre estos temas, pero a mí nunca se me ha ocurrido irle a decir a una madre si hace bien o hace mal, no soy tan atrevida. Y la idea de este post no es debatir si los bebés deben acostumbrarse o no a quedarse en casa de personas que no son sus padres, sino dejar bien claro que no me parece bien ir por ahí criticando a las demás madres por no hacer lo que haces tú. Ni lógico, ni correcto, ¿no os parece?

domingo, 5 de mayo de 2013

Mamá

Hoy, para variar, no voy a hablar de Pablo. Hoy voy a hablar de otra niña, una que conoció PapádePablo hace ya unos cuantos años. Era una vecina suya, que según él siempre recuerda que iba con vestiditos y coletas con lazos y calcetines de puntillas, yo creo que exagera un poco... :)
Bueno, quizás no exagera tanto, porque la madre de la niña en cuestión me ha contado que cuando aprendió a andar, no quería caminar pisando la hierba y sólo andaba por donde había baldosas o asfalto. Jeje, igual un poco repipi sí que era. Pero al grano, porque la protagonista de este post no es la niña, sino su madre, MI madre. La mejor, como comprenderéis, por descontado.

Las madres son nuestras primeras maestras. De ellas aprendemos infinidad de cosas, directa e indirectamente sin apenas darnos cuenta. Y es curioso la de cosas que puedes llegar a recordar de esas que hacías con tu mamá de pequeña. Yo por ejemplo me acuerdo mucho de que hacíamos pompones de lana, o de cuando nos enseñó a bordar a mi hermano y a mí a punto de cruz. O de hacer rosquillas, y buñuelos de viento, ¡qué ricos!

La verdad es que "se lo curraba" un montón. Teníamos muchos juegos de mesa, y cuando éramos pequeños, como las preguntas de algunos eran difíciles, nos hizo nuestras propias preguntas adaptadas a nuestra edad, recortando y escribiendo en cartulinas de colores, con dibujos pintados en la parte trasera como las tarjetas que traía el juego. Y lo mejor de todo: jugaba con nosotros, y hacía los puzles con nosotros, y decorábamos el árbol con adornos caseros cuando era navidad y calcábamos dibujos de revistas en la ventana del salón.

Pero mi madre a lo largo de los años por supuesto me enseñó muchas más cosas, de las que quizás hablo menos pero que le agradezco infinito. Sobre todo me enseñó, con el ejemplo, a ser persona, mujer y madre. De ella aprendí a ser independiente y lograr las cosas por mí misma, al mismo tiempo que a valorar la familia por encima de todo. La familia de la que uno viene es muy importante, la familia que uno forma es lo principal, esta fue una de las mejores lecciones.

También me enseñó cómo se educa a los hijos con respeto, eso de lo que ahora hablamos tanto y que en tantas ocasiones la gente no cumple como debiera, y que para ella era una obviedad. ¿Y cómo lo hizo? Demostrándome que mi opinión era importante, que podía tomar mis propias decisiones, aunque tuviese su opinión y consejo cuando lo necesitara. Me dio confianza y me permitió cometer mis propios errores, sin recriminármelos luego pero estando ahí siempre, como debe hacer una madre.

Gracias, mamá. Por todas esas veces que me llevaste a clase cuando se me hacía tarde. Por todos esos bajos de pantalones que me cosiste avisándote en el último momento. Por dejarme tu ropa para salir aunque a veces te la estropease. Por soportar mi desorden y no cumplir la amenaza de tirar todas mis cosas a la basura (ufff, menos mal...). Por irme a buscar a las tantas de la madrugada, con la pereza que tiene que dar eso...

Una anécdota que ilustra perfectamente lo que es una madre: hace unos días me reincorporé al trabajo, y la segunda noche que trabajé PapádePablo tampoco estaba en casa, así que yo tenía un disgusto enorme porque no lo pudimos arreglar de ninguna manera y el peque tenía que pasar la noche sin sus papás. Yo no quería llevarlo a dormir a la casa de nadie, pero no hizo falta porque mi madre se ofreció a venir ella a dormir a nuestra casa, sabiendo que seguro que no dormía casi nada y el día siguiente tenía que trabajar. Lo gracioso del caso es que me dijo: 
- "Lo malo es por la mañana..."
- "Pero mamá, por la mañana ya estoy yo con Pablo, que a las seis y media ya estoy de vuelta."
- "Ya, pero así no puedes dormir..."
¿Veis? Tu madre puede pasar sin apenas dormir para hacerte el favor, y se lamenta de que tú no duermas por cuidar a tu propio hijo. Porque así son las madres, las mejores, las más generosas y las más abnegadas.

¡FELIZ DÍA DE LA MADRE!
A la mía y a todas. Y a mí misma, ¡hala!, que de momento mi hijo no sabe hablar... ;)

viernes, 26 de abril de 2013

Viernes dando la nota: Camino de la cama

Aaaaaaaaaaay! ¡Qué sueño que teeeeeeengo!

Imaginaos qué escena tan bonita: llega mamá a casa después de trabajar toda la noche, y el bebé la recibe tan, pero taaaaan contento, que se niega a dormir y se pasa jugando dos horas, hasta que por fin cae. ¡Yupiiii! Bueno, esto fue ayer, esta mañana menos mal que se durmió antes. El caso es que ya llevamos más de una hora en pie de nuevo y estoy descubriendo lo que ya sospechaba: los bebés no entienden de horarios nocturnos, ni de trabajos a turnos, los muy desconsiderados... XD

Afortunadamente todavía sé en qué día vivo. Resulta que es viernes, y si tengo que escoger una canción adecuada para el momento, qué mejor que esta de Siniestro Total, ¿a que sí? Su letra, como veis, es pura poesía, jejejeje, unos fenómenos estos vigueses:

En memoria de Morfeo 
tengo a media asta el párpado: 
es la hora de la siesta. 
Veo un tronco y una sierra, 
un rebaño de ovejitas 
y un montón de zetas. 


La Coca-Cola sin cafeína, 
el Nescafé descafeinado 
y la cama ya me espera. 
Horizontal o vertical, 
yo prefiero horizontal 
y a dormir a pierna suelta. 


¡Colecciono moscas, moscas tsé-tsé, 
bebo cloroformo y meriendo valium diez! 


Camino de la cama 
es el mejor camino, 
¡solo estar durmiendo 
es mejor que estar dormido! (x2). 

Cuatro esquinitas tiene mi cama, 
cuatro angelitos me la guardan 
y ya estoy en el nirvana. 
Y no hay nada como mi almohada, 
yo la abrazo y la consulto, 
me aconseja y me ama. 


Vaso de agua y palmatoria, 
y galletitas por si hay hambre 
en el lecho conyugal. 
Y con esto y un bizcocho, 
hasta mañana si Dios quiere, 
y si no quiere me da igual. 


¡Oye tronco, cómo ronco, volumen brutal, 
por mucho que me muevas no me pienso despertar! 


Camino de la cama 
es el mejor camino, 
¡solo estar durmiendo 
es mejor que estar dormido!".




¡Buen fin de semana a todos!



lunes, 22 de abril de 2013

Diez meses juntos


Y por fin hemos llegado aquí. Llevamos ya diez meses juntos, y es una edad importante porque para nosotros es un punto de inflexión: habrá un antes y un después de los diez meses, ya que a partir de ahora iniciaremos nuevas costumbres, y cambiaremos nuestro ritmo de vida. Es por eso que llevamos unos días de relax, incluso bloguero, así que espero que nos disculpéis.

Durante este tiempo hemos aprendido un montonazo de cosas. Ya sé que suena muy tópico, pero de verdad que muchas ni me las esperaba. A saber:
  • Siempre pensé que cambiar pañales era un asunto desagradable que las mamás hacen porque no lo pueden evitar. De hecho, jamás en mi vida había cambiado un pañal, ya tendría ocasión de sobra cuando fuese madre. Pues bien, he descubierto ¡que me encanta cambiar los pañales a mi niño! Será el instinto maternal famoso ese, porque si no no me lo explico...
  • Otro descubrimiento relacionado con el anterior: PapádePablo no ha sido dotado de talento para esos menesteres. ¿Será que no va incluido en el instinto paternal?
  • Se pueden hacer un montón de tareas domésticas con un bebé a cuestas: lo pones en la mochila y andando. ¡Qué gran invento!
  • Mi madre puede hacer lo mismo con un solo brazo y el niño en el otro, sin necesidad de mochila. No, si yo ya sabía que tenía superpoderes, desde niña lo sospechaba...
  • Hablando de madres: he aprendido también que cuando tu madre te dice que cuando sea abuela no responde de cómo vaya a mimar al niño... ¡lo dice totalmente en serio!. Pero bueno, en el fondo "mola", jejeje. (Uy, negaré categóricamente haber dicho esto último...)
  • Los niños, salvo excepciones, se parecen a toooooooodo el mundo. Todo depende del ojo que compara, claro está. Así, mi hijo se parece a su padre, su madre, su abuela paterna, su abuelo materno, sus tíos, primos... si me apuras tiene algo con parientes políticos y algún que otro vecino. Y todo a la vez... Menos el pelo, que los deja extrañados a todos.  Claro, normal, se lo tiño para despistar :p
  • Donde caben dos caben tres. Un bebé de meses no necesita su propio espacio: necesita compartir el mío y estar muy, muy cerquita. La frase anterior es muy bonita y cierta... a menos que tengas un sólo armario.
  • Las tiendas están llenas de juguetes, pero no nos hacían ninguna falta. Los más "molones" son: el móvil de papá, la tablet de mamá, el mando a distancia, las zapatillas y... ¡nooooooooo!¡Pablo, hijo, no tires otra vez del cable del routeeeeeeeeeeer!
  • Relacionado con lo anterior: cuando un bebé gatea puede ser muy, pero que muy rápido. Ahora está aquí y... ¡ahora está allá! ¡Tacháaaaaaaan! Y diría más: la velocidad de gateo es directamente proporcional con el riesgo que corre el objeto al que se dirige.

Los diez meses han llegado de la mano de un tiempo estupendo, mucho solcito que ya nos estaba haciendo bastante falta, con lo que estamos disfrutando un montón de aquello que hay más allá de nuestras cuatro paredes. ¡Nos lo estamos pasando en grande! Así que voy a aprovechar y nos vamos a dar un paseo, antes de que el pequeñajo este me desmantele todo el salón. ;)

viernes, 12 de abril de 2013

Viernes dando la nota: P.A.T.O !!!! Patoooooooooooooooo !!!!


Ya estamos a viernes otra vez. A mí las semanas últimamente se me pasan volando, cuando me doy cuenta ya estoy otra vez aquí, eligiendo canción.

Bueno, como podréis ver esta vez he tocado un género diferente. Mira que yo no era de ponerle dibujos animados al niño, pero con el tema de investigar cosas para entretenerlo en el coche nos hemos puesto a ver vídeos de Pocoyó de vez en cuando, y ya soy superfan. Es que... es taaaaaaaaaaaaaaaaan liiiiiiiiiiiiiiiiindo, jejejejeje. Así que los "dibus", más que verlos él, los veo yo. Sí, soy así de infantil, ¡qué pasa! ;)

Si Pablo hablase seguro que me sugería esta canción para el Viernes dando la nota, porque la carita que pone y cómo aplaude es bastante indicativa :D

Ah, y por supuesto: ¡feliz fin de semana!




martes, 9 de abril de 2013

Planificando la vuelta al trabajo: lactancia y conciliación

Dos semanas nada más. En dos semanas, evoluciono de madre a secas a madre trabajadora, con todo lo que esto supone. Y me siento rara, muy rara, como si fuese a hacer algo totalmente nuevo para mí...

Desde que nació Pablo he vivido de manera muy distinta a como lo hacía antes, con otras costumbres y con otros intereses. El centro de mi mundo, cada día, es mi niño. De hecho, no me avergüenza decir que el resto del mundo me da bastante igual: sí es cierto que más o menos sigo las noticias, pero no tanto como antes, ni tengo mucho interés por salir a parte de tomar algunos cafés esporádicos con las amigas o pasear al niño. Bueno, y las visitas familiares, claro. Y no me aburro nada, la verdad.

Cualquiera diría que compartiendo 24 horas al día con la misma persona, se te pasa el tiempo despacio, pero no. A mí al menos se me ha pasado volando, y ahora tengo que volver a rutinas que ya me parecen como de una vida pasada. Supongo que cuando esté en el trabajo ya no lo veré todo tan extraño, o al menos eso espero, porque tengo la sensación de que me estaré preguntando "¿qué hago yo aquí y Pablo en casa? ¿me echará de menos? ¿se arreglarán bien sin mí?" 

En entradas anteriores (esta y esta, concretamente) comentaba que estaba a vueltas con el asunto de la lactancia. Ese tema ya lo tengo más o menos resuelto. Bueno, resuelto no es la palabra, porque el problema sigue ahí, lo que tengo resuelto es lo que voy a hacer. Desde la AEPED, después de una respuesta a mi consulta muy completa, me indican que siguiendo determinadas medidas de seguridad no debería dejar la lactancia, aunque sucede que en mi puesto eso es complicado (por algo me dieron la "baja"). Después de mucho reflexionar, he pensado en seguir para ir dejándolo poco a poco. Me explico:

En primer lugar intentaré extremar las precauciones todo lo posible, que ese tipo de cosas siempre se pueden hacer un poco mejor. Luego, me imagino que empezará a tomar menos leche porque cada día le vamos a dar algo de la que tengo congelada, con lo que irá bajando la producción, aunque desde luego no le voy a negar el pecho porque muchas veces lo que realiza es succión no nutritiva, y yo no quiero que le falte ese sostén emocional tan importante. La idea es ir estirando las reservas que tengo hasta que pueda tomar leche de vaca al año de edad, (es decir, los dos meses que faltan) y entonces ir sustituyendo gradualmente una leche por otra. Vamos, que más que dejar de darle prefiero que lo deje él poco a poco, ya veremos cómo nos va. Y actúo así por prudencia, porque si yo pudiese no me apuraría nada a darle leche de vaca ni derivados lácteos, pero parece conveniente en mi caso particular. 

También hablé en una entrada anterior de la conciliación. Concretamente fue a finales de diciembre, y desde entonces ya han cambiado bastante las cosas. ¿Porqué? Pues porque se han modificado los horarios y volvemos a los turnos que teníamos hace más de dos años, al menos durante una temporada. Esto es, trabajar a turnos rotativos de mañana, tarde y noche. Así que mis planes de adaptar los horarios ya no me servían, y hemos optado por la reducción de jornada a seis horas diarias, de 06 a 12, de 12 a 18 y de 00 a 06. Gracias a que PapádePablo tiene horarios flexibles, que si no... 

En fin, que ya está todo pensado. Casi casi solamente me falta planchar las batas blancas, esas que llevan año y medio en un armario metidas. A partir de ahora sabré el verdadero significado de las palabras "madre trabajadora", porque hasta ahora tengo la sensación de haber visto los toros desde la barrera. Bueno, la sensación no, es un hecho. ¿Y sabéis qué os digo? Que he aprendido mucho mucho. Que ahora entiendo a las madres que quieren seguir trabajando, y también comprendo a las que deciden dejar su empleo para atender a sus hijos. Que tan "modernas" o "antiguas" son las unas como las otras. Que todas quieren lo mejor para su familia, y todas tienen buenos motivos para hacer lo que hacen. Y que a mí no me importaría nada dejar de trabajar para atender a mi hijo, pero que las circunstancias son otras y pienso disfrutar también de todo lo bueno que implica tener un puesto de trabajo.

Y ahora, ¡a disfrutar a tope de estas dos semanas!

viernes, 5 de abril de 2013

Viernes dando la nota: I wanna rock

Jejeje, muertitos que os vais a quedar si no conocéis este vídeo XDDDD. Pues sí, en los ochenta hacían cosas así, y había estilismos de este nivel... ¡pero no me digáis que la canción no mola!

¿Porqué he escogido Twisted Sister hoy? Pues estuve recordando esta tarde algo que nos pasó a mi hermano y a mí. Resumiendo mucho, nos fuimos a un festival a Zaragoza de dos días, era Monsters of Rock el viernes y Metalway el sábado. El viernes estuvimos disfrutando el festival hasta que iba a tocar el plato fuerte de la noche: Deep Purple. Pues escasos minutos antes, después de soportar un día de sol tremendo, cayó una tormenta repentina no menos tremenda. Era para vernos, corriendo despavoridos, mi hermano apuntalando como podía la tienda de campaña... Vamos, un show, pero no el esperado. 

El resultado fue la cancelación del festival, todo el cartel del sábado y lo que quedaba del viernes, que era Deep Purple como ya dije, Saxon y Twisted Sister. Y yo con la ilusión que tenía por ver a Iron Maiden el sábado, grrrr... En fin, la anécdota es mucho más larga, pero se la contaremos a Pablo cuando sea mayor y os dejo con unos de los que NO vimos. ¡Feliz finde!




jueves, 4 de abril de 2013

Mi gozo en un pozo: adiós al "finde" de relax

Hace ya casi tres meses que escribí una entrada sobre las muchas ganas que tenía de ir a un balneario... y las sigo teniendo, vaya. Lo único que se interponía entre los chorritos y burbujitas varios y la menda era la oposición de PapádePablo, no es nada acuático el hombre. Después de insistir e insistir, y varios "no", por fin se rindió y nos dio carta blanca, así que mi madre hizo la reserva para ir este mes. Y ya me veía yo cotorreando con mi madre mientras nos relajábamos haciendo el circuito termal mientras Pablo y su padre paseaban, o siesteaban o lo que fuese, y también me imaginaba con el pequeño probando eso de la piscina por primera vez, ¡qué ilusión!... Ahora viene lo malo:

Si lo único que se oponía antes era el padre, ahora que cedió el problema es el niño. Y es que la semana pasada surgió en él una nueva faceta, terrorífica y desesperante: un odio desmedido hacia la silla del coche. Hasta ahora no habíamos tenido mayores problemas, a veces se dormía y otras se iba entreteniendo con algo, le cantaba o simplemente se quedaba relajado viendo lo que sea que se ve de paisaje desde su posición (algo verá, digo yo...) Pues desde un nefasto paseo que dimos, los dos solos, en el que se despertó y se echó a llorar mientras yo conducía, ahora es imposible llevarlo en coche. Tres viajes hemos hecho, tres, y a cual peor. Se pone a llorar, y a gritar, y no hay manera de calmarlo, ya sea yo o su padre. El último viaje fue a casa de mi abuela (unos 15 o 16 km) y mi madre nos acompañó para que no fuese solo detrás, decidiendo sacar la artillería pesada: el globo de Bob Esponja. Pues el globo prácticamente ni lo vio, tan ocupado que estaba en estirarse y arquearse para no dejarse enganchar el arnés.


La silla no tiene pinchos, ni cocodrilos. De hecho, es la misma de siempre, y se ve que cabe perfectamente en ella. La compañía ya digo que la hemos variado, y da igual que vaya solo que quién vaya con él, se disgusta igual. Ya puedo cantar yo, Shakira, los Megadeth o sonar un concierto para piano de Beethoven...

Solamente se me ocurre un recurso, que todavía no he puesto en práctica pero estoy a punto: dibujos animados. Yo, que me negaba a ponerle la televisión al niño por parecerme demasiado pequeño (es que vaya, a su edad ver la tele es bastante absurdo, ¿no?), ahora le pongo capítulos de Pocoyó en el ordenador alguna que otra vez a ver cómo reacciona. Por cierto, que su atención dura aproximadamente los seis o siete minutos del capítulo, nada más. Que me alegro, porque sigo insistiendo en que lo suyo no es que vea dibujos animados, pero pretendo intentar lo mismo con la tablet y un adaptador que he comprado para poner en el coche. Soluciones desesperadas para padres desesperados.

De momento nos hemos quedado sin balneario, claro. Y es que una cosa es coger el coche cuando no hay más remedio, y otra torturar al niño por deporte. Y digo torturar, porque no es lo mismo contarlo que verlo: llora, se pone rojo y suda un montón, el pobrecito. Sin contar con que desde el domingo está afónico por culpa del famoso viaje para visitar a la bisabuela, y yo me siento una madre mala mala mala mala... Una persona con la mejor de sus intenciones me sugirió que en lugar de no llevarlo, que lo monte en coche todos los días hasta que se acostumbre. Esto viniendo de una de las personas más cariñosas que conozco, por cierto, ya me dejó en jaque total, se ve que no ha visto cómo se pone. Y ahora entiendo menos que nunca a la gente que deja llorar a propósito a sus hijos, es que no me cabe en la cabeza, con lo que duele ver sufrir a un hijo así...

¿Qué opináis? ¿Os ha pasado algo así con vuestros bebés? ¿Tenéis algún "truco del almendruco" que yo desconozca para entretenerlos? ¿Funcionarán los dibujos con un niño tan pequeño? Es que ya ni me atrevo a intentarlo, le he cogido más miedo que el... Se agradecen sugerencias...

lunes, 1 de abril de 2013

Premios de blogueras: ¡pero mira que sois majas!

¡Muy buenas! Puede que ya sepáis, y si no lo recuerdo y ya está, que he estado bastante tiempo sin ordenador, como mes y medio, y eso es un contratiempo bastante considerable para escribir un blog. Así que, aunque fui publicando algunas cosillas en ese tiempo, se me acumularon los agradecimientos a unos premios que han tenido a bien darme algunas compañeras blogueras. Es bonito cuando te tienen en cuenta para estas cosas, la verdad, porque estos premios suelen consistir en ir pasándose preguntas unas a las otras e irnos conociendo un poco más.

La mecánica suele ser contestar un cuestionario o bien contar algo sobre ti que se te ocurra, y luego dar el premio a una serie de blogs que te gustan y frecuentas, pero a estas alturas se me hace un poco difícil seguir la cadena porque esto va circulando y ya lo tienen casi todas, así que si me perdonáis me centraré en responder las preguntas. Allá van, y mil gracias a Cuando los Sueños Despiertan y a El otro Rinconcito de mi Rubio por estos tres primeros premios, sois estupendas:
Cuestionario del Best Blog Award:
  1. Qué te gusta más cocinar, postres o platos de cuchara? Nunca he sido mucho de postres, ni de hacerlos ni de comerlos, asi que tendría que contestar que platos de cuchara. Esto es casi cierto, porque con esto de la maternidad me ha dado un nosequé de aprender a hacer dulces que todavía no me explico. De momento, he aprendido a hacer bizcochos...
  2. Qué es lo más importante para ti en una persona, la personalidad o el físico? El físico, claro, la personalidad no me importa nada... ¿pero qué pregunta es esta? Jajajaja, por supuesto que me importa más la personalidad, pero apuesto lo que queráis a que nadie respondería otra cosa, por mucho que lo piense, ¿no?
  3. ¿Cuándo empezaste con el blog? Ostras, me has pillado, espera que miro...21/10/12
  4. ¿Quién fue la persona que te inspiró para empezar en este mundo? Ufff, la verdad es que no me acuerdo, porque cuando estaba embarazada leía muchas cosas...
  5. ¿Sueles seguir muchos blogs o te llegan los seguidores por otras personas que te han conocido? Sí que sigo bastantes blogs, y además la lista poco a poco va aumentando. De hecho, me encanta descubrir blogs nuevos, sobre niños y de otros temas diferentes.
  6. Qué te gusta más, cocinar o que te cocinen? A mí lo que me gusta es comer cosas ricas, jajajajaja! Da igual quien cocine, eso depende del día :)
  7. ¿Comes en casa o en el trabajo? En casa, menos mal que puedo porque para mí comer en familia es muy importante.
  8. ¿Sueles hacer recetas de verdura? Pues contínuamente, a mí me encantan. Sean cremas, salteados, en ensalada o rellenas y al horno...
  9. ¿Cuál es tu mejor receta? Eso habría que preguntarlo a mis “víctimas”. Vale, le he preguntado a PapádePablo y dice que las berenjenas rellenas.
  10. ¿Qué le pides a una persona para que sea tu amiga? Que quiera serlo, supongo.
  11. ¿Cual es la mejor película que has visto? La Vida es Bella, lo malo es que lloro como una tonta cuando la veo.

    (Cuestionario del Liebster blog):

  12. ¿Por qué empezaste a escribir tu blog? Porque me pareció que, ya que a mí me ayudaba leer lo que escriben otros, tal vez a alguien le sirviese saber mis propias impresiones sobre la maternidad, y de paso para conocer y dialogar con otros padres
  13. ¿Tienes hijos?. ¿Por qué quisiste tenerlos? Tengo a Pablo, que tiene ahora nueve meses. Tenía mucha ilusión por ser madre, por dar ese amor tan grande a alguien y acompañarlo en su aprendizaje de la vida.
  14. ¿Cuánto tiempo tardaron en llegar? Pues... un par de años desde que quisimos ser padres hasta supimos que esperábamos a Pablo
  15. ¿Cuál fue tu reacción en el momento que supiste que estabas embarazada? Pues una mezcla de alegría muy grande y algo de miedo también, porque ya se nos había escapado una vez esa ilusión.
  16. Algún consejo para la búsqueda/maternidadQue no tengas hijos sin estar convencida, pero si de veras sientes que lo estás no le des más vueltas y ¡adelante! Buscar el famoso mejor momento puede hacer que no llegue nunca.
  17. ¿Qué le pides al nuevo año? Que Pablo sea un niño feliz, que se ría mucho y disfrute, que cada día lo viva como una aventura. También se lo pediré a los años que siguen...
  18. ¿Eres supersticiosa? Para nada.
  19. Un secreto "inconfesable". A ti te lo voy a contar... XD
  20. Cuéntanos una situación en la que pensaste "Tierra, trágame". Uf... un día asistí a un entierro y cuando me vine a dar cuenta me había confundido de señor... es una larga historia pero bastante bochornosa.
         (Cuestionario del Premio a los Mejores Seguidores:)
  1. Edad: 32 años (He tenido que pensarlo)
  2. Horóscopo: Cáncer
  3. ¿Dulce o salado? Salado
  4. ¿Hobby? Leer. Es un hobby y un problema porque ya no tengo dónde almacenar los libros, ya empiezo a considerar un e-reader.
  5. Tu perfume favorito: El de mi bebé recién nacido, es inexplicable hasta que lo vives
  6. ¿Cómo te definirías? Como una mujer familiar, ahora mismo es una faceta que opaca a todas las demás, y creo que así debe ser.
  7. Una cosa que no te guste de tu hijo/os: Que se disguste cuando vamos en coche, porque me siento muy impotente y no puedo cogerlo en brazos.
  8. Una cosa que te encante de tu hijo/os: La risa. En eso es igual al padre, me enamora cómo se ríen.
  9. ¿Qué te inspiró a hacer el blog? No sé, serían las musas XDDD
  10. ¿Qué hace que quieras seguir día a día actualizando? Las inquietudes que como madre me van surgiendo, y las ganas de interactuar con otros y compartir opiniones.

También he tenido la fortuna de recibir tres premios más, pero como el requisito era contar algo sobre mí, supongo que con la parrafada anterior ya estáis más que informados, así que paso a poner los premios, que son muy bonitos, y a las blogueras a las que se los debo:

Gracias a La Vida con David

Gracias a La Vida con David y
El otro Rinconcito de mi Rubio


  
Gracias a La Vida con David

viernes, 29 de marzo de 2013

Viernes dando la nota: Smells Like Teen Spirit



¡Hola! Ya es viernes otra vez. Bueno, ya se está terminando el viernes otra vez, que yo con esto de poner la canción de la semana siempre llego de las últimas. Pero bueno, al grano:

La canción que he elegido para hoy la tengo en la cabeza desde la madrugada pasada, así que tenía que ponerla. Todo el que me conoce sabe que lo que más me gusta es el trash y el heavy metal, pero lo que quizás no sepan es que unos añitos antes de aficcionarme al heavy, cuando era adolescente, mi grupo preferido era este, Nirvana. Y me siguen gustando, por supuesto, yo no soy de las que dicen: en "mis tiempos" me gustaba tal o cual cosa. Para mí los gustos musicales no se sustituyen unos por otros, la cultura musical siempre suma. Por eso tengo unos gustos bastante amplios, creo yo, que abarcan desde los boleros de los Panchos (sí, qué pasa, soy una romántica XD) a cosas como esta. Y esta canción es todo un himno de Nirvana, ahí os va y...

¡Feliz fin de semana a todos! (aunque algunos ya lleven dos días de fiesta, jeje)





jueves, 28 de marzo de 2013

Método A vs Método B: ser padres no va de eso...

Los que habitualmente leen sobre temas de bebés y crianza en internet saben que es un mundillo por el que circulan métodos y teorías de manera que a veces se crean "bandos", cual hinchadas futbolísticas. "Los del duérmete niño", "los de la crianza natural"... También en el día a día, nos encontramos con que hay gente que se ve afectada por esta especie de "bipartidismo". Para mí que la maternidad/paternidad no va de eso...

Quien haya visto algo de este blog, fácilmente me habrá podido catalogar en una de estas "corrientes" circundantes: que si criar con empatía, que si colecho, que si porteo... A decir verdad yo no me siento seguidora de ningún método ni de nada por el estilo, no me parece que ser padres funcione de esta manera. De hecho, creo que la mayoría de madres y padres blogueros no se sienten así. Es inevitable que simpatices más con unos que con otros, y estés de acuerdo con unas cosas y en desacuerdo con otras, pero uno no se hace padre/madre siguiendo un libro de instrucciones.

Antes de ser madre tenía unas ideas previas del tema. Fruto de mi experiencia como hija en primer lugar, que creo que es la "primera lección" en esto de criar y educar. Luego, ya como adulta, observas a padres e hijos, ves la maternidad en los medios de comunicación... pero algo así como de refilón, porque la cosa no va contigo. Ya cuando decidí que quería que alguien me llamase "mamá" empecé a poner mucho más interés en todo lo relacionado con el tema, y ya en el embarazo devoraba información: en la web, revistas, libros, conversaciones con los amigos, con la familia... 

Luego nace el bebé y algunas cosas de las que creías funcionan, y otras no. Realmente estás ante una persona que no conocías, ¿cómo vas a prever todo lo que va a hacer, sus reacciones, su carácter? Pues lo lógico es que te adaptes a ello, y no al revés, y esto define tu propio método de crianza. El mío, bueno, el nuestro (que para eso tengo un socio en todo este asunto) es el "Método Pablo". Esto va así, señores y señoras, un método por niño, ni siquiera un método por padre, porque maneras de criar y educar hay infinitas, al fin y al cabo se trata de relaciones entre personas y afortunadamente todos los padres y todos los niños somos diferentes. Y hasta aquí mi opinión sobre los métodos de crianza.

Hay también quien cría a sus hijos con sentido común, no como hacen los demás. Vale... ¿Y el sentido común qué viene siendo? Porque para mi madre es una cosa, para el vecino otra, para mí otra... y enarbolando la bandera del sentido común se pueden también cometer muchas tonterías. Al fin y al cabo, eso de criar con sentido común lo hacemos todos, ¿no? 

Otro modo de ver la crianza: como lo hacían las madres "de antes" y como lo hacen "las de ahora". Sí es cierto que a veces parece que esto va por modas, como el largo de las faldas, pero hay cosas que no son cuestión de eso sino de avances en investigación, de cosas que antes no se sabían. Esto se ve muy fácil aplicado a las indicaciones de los pediatras: que si el niño se pone boca arriba para dormir, de lado, boca abajo... que si se empieza la AC a los tres meses, a los cinco, a los seis... según la época y la moda imperante. Pues no, mira que yo no soy pediatra pero tengo claro que la medicina no es el "Vogue"; la medicina es una ciencia, y la ciencia avanza confirmando o desechando teorías en base a estudios. Cada vez sabemos más, porque se investiga más, y como además la ciencia no es dogmática sucede muchas veces que se comprueba que lo que antes se daba por cierto estaba errado. Y la culpa no la tiene el pediatra de hace veinte años, sino el pediatra que no se recicla, que no se adapta a los nuevos hallazgos.

Por cierto y hablando de pediatras, lo que si distingue muchas veces a las madres de antes y las de ahora, es que las de antes basaban muchas veces su conocimiento en dos cosas: el "saber" popular, (con lindezas tales como que lo que come la madre le da gases al bebé o que si tienes ardores en el embarazo el nene sale peludo...) y la sacrosanta palabra del médico, que por aquel entonces (y ahora algunos también) daba indicaciones no sólo de salud sino de crianza y educación. Y no, que me perdonen algunos, pero la pediatría no se ocupa del estudio de formas de crianza. No hay asignaturas que versen sobre donde tiene que dormir un niño,  sobre si es malo o bueno llevarlos en brazos...

En conclusión, que a mí me parece que no se trata de métodos, ni de modas, ni nada de eso. Al final todos, o casi todos que algún cabezón siempre habrá, criamos a nuestros hijos como me dice siempre PapádePablo: Ensayo y Error. Pruebas y pruebas hasta que encuentras lo que funciona, y punto. Que la idea que tenías era buena, pues fantástico; que no, pues intentas algo diferente, y no pasa nada. Para algunos está muy mal visto cambiar de opinión. Para mí es lo contrario, la virtud es ser flexible

Y tú, ¿qué opinas?

domingo, 24 de marzo de 2013

¿El fin de la lactancia? (Parte II)



En la entrada anterior ya os puse en antecedentes. Mi principal problema es que en mi trabajo, ese trabajo que me encanta, para el que me preparé y que he venido desempeñando durante años sintiéndome muy satisfecha con ello, existen algunas circunstancias que implican posibles riesgos para la salud. En concreto, empleo inevitablemente una sustancia que tiene en su etiquetado de seguridad la frase R45, frase que es la siguiente: "Puede causar cáncer". (Para el que quiera saber más sobre riesgos para la lactancia natural, puede pinchar en este enlace).

Yo no soy ninguna experta sobre el tema, la verdad, soy una trabajadora con algunos conocimientos sobre tóxicos porque mi trabajo así lo exige, pero hay una página muy buena que muchas madres que dan lactancia materna conocen, www.e-lactancia.org, elaborada por un hospital que es centro de referencia para el tema, en la que hay una relación de bastantes compuestos químicos y sobre todo medicamentos, y sus posibles riesgos o no para la lactancia. Ellos clasifican los compuestos según sus niveles de riesgo en nivel 0 (sin riesgo: la mayoría de los medicamentos que nos tomamos lo son, podemos estar tranquilas), 1, 2 y 3, siendo este último grupo el de mayor peligrosidad.

El producto que a mí me preocupa es de nivel 2, que definen de la siguiente forma: 
"Sustancia que podría provocar efectos adversos moderados sobre la lactancia o sobre el lactante o se han comunicado los mismos, o no hay datos publicados pero las características físico-químicas y farmacocinéticas de absorción, distribución y eliminación del producto hacen muy probable la aparición de efectos adversos moderados. Producto poco seguro: hay que valorar la relación riesgo-beneficio, procurar una alternativa más segura y, en caso de no poder evitarlo, considerar la dosis, los horarios, la edad del lactante, etc... y realizar un seguimiento del lactante."

Evidentemente que si fuese evitable no me hubiesen apartado del puesto, pero pensando en que ahora es más grande  y leyendo el párrafo que antecede, pensé que quizás al comer ya otros alimentos el riesgo fuese asumible porque los tóxicos tienen diferentes tiempos de presencia en el organismo, como por ejemplo el alcohol que en un par de horas se elimina y ya se puede amamantar con seguridad. Así, podría esperar a la hora adecuada y darle la leche, complicado es pero no imposible  Agarrándome a esto acudí a la pediatra en primera instancia, para ver si conocía algún número o dirección donde me pudiesen informar con más profundidad. Su respuesta, resumida, es esta:
" No hay relación riesgo-beneficio que valorar, un tóxico siempre es peligroso y la lactancia después de los seis meses no supone gran diferencia, puede proteger de un ínfimo porcentaje de infecciones, pero vamos, que no hay perjuicio en dejarle de dar el pecho (aquí yo la escuchaba estupefacta, no daba crédito. Si eso fuese cierto, no sé porqué iban a recomendar dos años de lactancia natural...). Que le de leche "2", la que toman todos los niños."

Luego pedí igualmente a una persona de la mutua que me facilitase un modo de contacto con quien llevase este tema, para que me lo aclarase un poco. Esperando respuesta del técnico de prevención, me enviaron de nuevo un correo que decía: 
"El Técnico de Prevención no ha podido llamarte pero me indica que te informe de que si te incorporas a tu puesto de trabajo debes cortar la lactancia pues se te había concedido la prestación  precisamente por el riesgo que tienes en tu puesto y que ese riesgo sigue estando latente indiferentemente de la edad del bebé."

De momento esta es toda la información que tengo. Las perspectivas son pésimas, y estoy muy triste, la verdad. Además de echarme de menos porque voy a estar fuera trabajando, Pablo según me han indicado se encontrará con que su mamá ya no le da la teta. La teta que era su alimento, su consuelo cuando lloraba, la manera en que consigue conciliar el sueño por las noches... Pienso en todas las veces que toma leche durante el día. Pienso en la hora de acostarnos, cuando da saltos en brazos de su padre porque quiere venir a los míos, en cómo me mira y se ríe, lo feliz que es cuando se engancha al pecho y suspira, y se queda dormido. Y cada despertar nocturno mama otro poquito y sigue durmiendo en la paz del que se siente protegido, que sabe que mamá está ahí para él, durmiendo a su lado.

Hemos sido muy afortunados hasta ahora, pero por favor, no me digáis que tengo suerte. Que él quiera continuar la lactancia como es natural, que no tenga yo ningún impedimento físico para ello, y que de todos modos deba interrumpir la lactancia, no es ninguna suerte. Y no es ya mayor, es muy pequeño, porque es un lactante y eso implica que la leche es su principal alimento. Y la leche de fórmula es una solución para cuando no se puede, y menos mal para muchas mujeres y niños que existe, pero no es lo mismo. Ni alimenta igual, ni la teta es solo un alimento.

Desde hace un par de meses he estado haciendo una reserva de leche en el congelador porque era lo único que veía que podía hacer para que tomase leche natural el mayor tiempo posible. Y verdaderamente no sé que más voy a hacer, me encuentro bastante perdida. No sé cómo llevar a cabo el final de la lactancia, y si mi trabajo no supusiese nuestra principal fuente de ingresos me plantearía una excedencia de un año, pero no puedo. 

Si alguien tiene algún consejo bueno para darme, por favor, ¡que me ilumine!

¿El final de la lactancia? Parte I


Pablo ya tiene nueve meses, ya se que es una frase muy manida pero ¡qué rápido pasa el tiempo! Algunos de los que me lean sabrán que hasta ahora no he vuelto al trabajo por derivarse de mi puesto riesgo para la lactancia natural. Por ello he percibido una prestación de mi mutua, y actualmente estoy disfrutando las vacaciones del año pasado por lo que falta todavía un mes para que me reincorpore. Cuando le he contado esto a la gente, habitualmente la respuesta ha sido: ¡qué suerte tienes! Bueeeeeno... supongo que según como se quiera ver, así que voy a intentar explicarlo un poco más.

Antes de quedarme embarazada ya había surgido en algunas conversaciones con los que me rodean que en caso de estarlo dejaría de trabajar porque mi trabajo implica riesgos para el embarazo (físicos, químicos y biológicos, para más seña). Pues bien, algunas personas no se lo acababan de creer, y todavía se sorprendieron de que me concediesen "la baja". Que, por cierto, no es ninguna baja, porque mi salud y la de mi hijo eran excelentes. El problema es que existen trabajos que por su naturaleza ponen en peligro la salud del feto y la de la madre. Esto se supone que debería ser del dominio público pero todavía hay por lo que veo mucho desconocimiento. Así que muchos comentarios se referían a mi gran suerte, y a la "vidorra que me iba a pegar". Pues sí, es estupendo no trabajar mientras estás embarazada, siempre que tu caso sea como el mío y estés perfectamente, porque disfrutas el embarazo un montón, para qué negarlo. Pero la verdadera suerte es poder evitar poner a mi hijo en peligro, gracias a una ley que nos protege.

Antes incluso de que el niño nazca, ya salen los comentarios sobre cuando vuelvas a trabajar. Vamos, que "después de tanto tiempo en casa te vas a enterar". Una vez nacido, no hay semana (por decir algo) durante las dieciséis que se tienen de permiso en que alguien no te recuerde el poquito tiempo que te falta para incorporarte al puesto. ¡Qué majos! El acabose llega cuando dices que probablemente (a falta de confirmación por escrito, pero sabiendo que me correspondía) no trabajes hasta que el bebé tenga nueve meses porque implica un riesgo para la lactancia natural. Ahí sí que las caras son de estupefacción, vaya suertaza y vaya vacaciones que te vas a pegar. Vamos, que suman los meses y la cuenta les da año y medio en que vas a cobrar sin trabajar: ¡una ganga, oiga!

Estos meses han sido los más felices de mi vida. Me da mucha pena que en este y otros países las madres deban dejar a sus hijos con otras personas (que lo harán muy bien, pero no son su madre) cuando los bebés no tienen ni cuatro meses. El que tenga un bebé entiende lo que digo perfectamente, no hacen falta más explicaciones. Esto es injusto tanto para los que reciben lactancia artificial como natural, pero es que encima en estos últimos casos el mantener la lactancia se hace un tanto difícil. Ojo, imposible no es, pero en muchos casos hay que extraer y almacenar la leche en el propio puesto de trabajo, lo que es una dificultad añadida para una madre trabajadora. Así que que nadie me malentienda: ha sido maravilloso poder compartir nueve meses (más uno que me queda) las veinticuatro horas del día con mi hijo. Pero, ¿y ahora qué?

Ya desde el principio estaba preocupada porque llegase este momento, y PapádePablo me decía que me adelantaba a los acontecimientos, que ya pensaría en ello "cuando tocase". Pues bien, ya toca. Y toca preocuparse porque aunque la ley solamente protege la lactancia hasta los nueve meses de edad, las recomendaciones de la OMS y de las principales asociaciones de pediatría son de dar lactancia natural al menos hasta los dos años. Si pincháis en enlace encontaréis un interesante documento sobre lactancia que explica esto último en su apartado "¿Hasta cuándo amamantar?" Los expertos en el tema lo tienen claro, vamos. Y si bien mi hijo ha disfrutado de la situación ideal y natural para su edad, ahora se me viene el mundo encima al pensar en dar por finalizada la lactancia. ¿Y finalizarla porqué? Pues porque el riesgo sigue ahí, en concreto porque entre las diversas sustancias con las que trabajo, una es potencialmente tóxica y se difundiría a la leche.

Al que piense que exagero y no entienda que esto más que un inconveniente es un grave problema, le diré que como me están entrando unas ganas de llorar tremendas me voy a tomar un café, y ya cuando vuelva os termino de contar lo que dejar la lactancia supone para un bebé y para una madre. Con vuestro permiso...

viernes, 22 de marzo de 2013

Viernes dando la nota: I Want it All

Y llegó el viernes, y con él la canción de la semana. La canción elegida para hoy no tiene una significación especial en mi vida, más alla de que ¡me gusta mucho! No sé, es la canción que me inspiró mi estado de animo de hoy, así que ahí os va. Espero que la disfrutéis, y buen fin de semana.



jueves, 21 de marzo de 2013

Ellos ya saben cómo jugar, ¡son expertos!


Desde que soy madre, imagino que a todos/as os pasará lo mismo, me planteo cosas sobre los niños que nunca se me habían ocurrido. Una de ellas está relacionada con el juego. Y es qué, ¿no os parece que en ocasiones les damos instrucciones innecesariamente a los niños, incluso para que jueguen? Los niños ya escuchan constantemente el "haz esto" "no hagas lo otro", como para que aún encima también les tengamos que decir cómo jugar. No me refiero, por supuesto, a enseñar las reglas de un juego de cartas, o cómo se juega al fútbol, o que el parchís tiene unas normas definidas. Me refiero a cuando ponemos un juguete cualquiera en sus manos y el niño hace lo que su imaginación le dicta con él, mientras el adulto dirige: "nooooo, cógelo así, ¿ves?" "eso no se hace así, mira, tienes que hacerlo de esta otra forma"...

Tenía un juguete guardado desde navidades, como un "as en la manga" para cuando Pablo se aburriese de los que ya usaba o lo viese preparado para él, porque la verdad es que es para niños de un año de edad. Es el xilófono (bueno, metalófono en todo caso) que veis en la foto, ¿a que es bonito? Pues hace unos cuantos días se me ocurrió sacarlo en vista de que los juguetes habituales ya se le empezaban a repetir un poco al pobre.

Lo primero que se pasa por la cabeza es: abriré la caja, cogeré la baqueta y le enseñaré cómo suena, ¡qué sorpresa se va a llevar! Pues bien, pensando en lo que explicaba al principio del post decidí sacar el xilófono y la baqueta y dejarlos delante de él, sin más, para que él mismo lo descubriese, y me dispuse a observar. Pablo lo miró, me sonrió, y agarró la baqueta, casualmente por el extremo pensado para ello, ¡y directamente hizo sonar el instrumento! No, no es un genio, jejejeje, es que casualmente acertó a la primera con la manera de hacerlo sonar, pero puso una cara de sorpresa y alegría por lo que había hecho que se me cayeron ríos de baba. Luego probó a golpear todo lo que se encontró para ver a qué sonaba, y de nuevo al xilófono, jugó con la caja de cartón (no fallan nunca), aporreó la caja también, incluso a mí... 

Desde entonces juega un poco todos los días con él, a veces conmigo y a veces con su padre, y ya lo hemos hecho sonar para él (trae unas partituras de cancioncillas infantiles, entiendo que para los padres porque de momento que yo sepa los niños de un año partituras no leen, ¿no?). Pero si lo hubiésemos hecho en un principio, se habría perdido ese momento del descubrimiento, esa cara que me puso de ¡Mami, mira lo que he hecho yo solito! Igual os parece una tontería, una pequeñez, pero a mi me parece uno de esos momentazos que no se le deben estropear a un pequeño explorador.

Y aquí lo dejo por hoy. Me voy a dormir, a soñar con que Pablo el día de mañana me componga una sonata, jejeje...

viernes, 15 de marzo de 2013

Viernes dando la nota: Viene y Va


Esta es la semana del regreso y, cómo no, también vuelvo a unirme al carnaval musical de los viernes. Hoy lo hago con esta canción de "Fito y Fitipaldis", principalmente por dos motivos:

  • Esta tarde estuve bailando y cantando con Pablo, y especialmente con esta canción se lo pasó en grande, y mi hijo tiene muy buen gusto, así que...
  • Esta canción también me trae recuerdos en particular, de un momento de mi vida en que estaba bastante "ploffff". Pero veréis, no es un recuerdo malo, sino todo lo contrario: muchos de aquellos días los pasé con amigos, (en especial una que a veces se da una vuelta por aquí) tomando algo en el bar de otro amigo. Cuando me veía el hijo del dueño, un sol de chaval, siempre me ponía a Fito porque sabía que me gusta mucho y me animaba. Para mí, esta canción simboliza la suerte que tengo de tener buenos amigos, una suerte que afortunadamente no viene y va, sino que siempre está ahí conmigo.
¡Feliz fin de semana!



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