Pablo ya tiene nueve meses, ya se que es una frase muy manida pero ¡qué rápido pasa el tiempo! Algunos de los que me lean sabrán que hasta ahora no he vuelto al trabajo por derivarse de mi puesto riesgo para la lactancia natural. Por ello he percibido una prestación de mi mutua, y actualmente estoy disfrutando las vacaciones del año pasado por lo que falta todavía un mes para que me reincorpore. Cuando le he contado esto a la gente, habitualmente la respuesta ha sido: ¡qué suerte tienes! Bueeeeeno... supongo que según como se quiera ver, así que voy a intentar explicarlo un poco más.
Antes de quedarme embarazada ya había surgido en algunas conversaciones con los que me rodean que en caso de estarlo dejaría de trabajar porque mi trabajo implica riesgos para el embarazo (físicos, químicos y biológicos, para más seña). Pues bien, algunas personas no se lo acababan de creer, y todavía se sorprendieron de que me concediesen "la baja". Que, por cierto, no es ninguna baja, porque mi salud y la de mi hijo eran excelentes. El problema es que existen trabajos que por su naturaleza ponen en peligro la salud del feto y la de la madre. Esto se supone que debería ser del dominio público pero todavía hay por lo que veo mucho desconocimiento. Así que muchos comentarios se referían a mi gran suerte, y a la "vidorra que me iba a pegar". Pues sí, es estupendo no trabajar mientras estás embarazada, siempre que tu caso sea como el mío y estés perfectamente, porque disfrutas el embarazo un montón, para qué negarlo. Pero la verdadera suerte es poder evitar poner a mi hijo en peligro, gracias a una ley que nos protege.
Antes incluso de que el niño nazca, ya salen los comentarios sobre cuando vuelvas a trabajar. Vamos, que "después de tanto tiempo en casa te vas a enterar". Una vez nacido, no hay semana (por decir algo) durante las dieciséis que se tienen de permiso en que alguien no te recuerde el poquito tiempo que te falta para incorporarte al puesto. ¡Qué majos! El acabose llega cuando dices que probablemente (a falta de confirmación por escrito, pero sabiendo que me correspondía) no trabajes hasta que el bebé tenga nueve meses porque implica un riesgo para la lactancia natural. Ahí sí que las caras son de estupefacción, vaya suertaza y vaya vacaciones que te vas a pegar. Vamos, que suman los meses y la cuenta les da año y medio en que vas a cobrar sin trabajar: ¡una ganga, oiga!
Estos meses han sido los más felices de mi vida. Me da mucha pena que en este y otros países las madres deban dejar a sus hijos con otras personas (que lo harán muy bien, pero no son su madre) cuando los bebés no tienen ni cuatro meses. El que tenga un bebé entiende lo que digo perfectamente, no hacen falta más explicaciones. Esto es injusto tanto para los que reciben lactancia artificial como natural, pero es que encima en estos últimos casos el mantener la lactancia se hace un tanto difícil. Ojo, imposible no es, pero en muchos casos hay que extraer y almacenar la leche en el propio puesto de trabajo, lo que es una dificultad añadida para una madre trabajadora. Así que que nadie me malentienda: ha sido maravilloso poder compartir nueve meses (más uno que me queda) las veinticuatro horas del día con mi hijo. Pero, ¿y ahora qué?
Ya desde el principio estaba preocupada porque llegase este momento, y PapádePablo me decía que me adelantaba a los acontecimientos, que ya pensaría en ello "cuando tocase". Pues bien, ya toca. Y toca preocuparse porque aunque la ley solamente protege la lactancia hasta los nueve meses de edad, las recomendaciones de la OMS y de las principales asociaciones de pediatría son de dar lactancia natural al menos hasta los dos años. Si pincháis en enlace encontaréis un interesante documento sobre lactancia que explica esto último en su apartado "¿Hasta cuándo amamantar?" Los expertos en el tema lo tienen claro, vamos. Y si bien mi hijo ha disfrutado de la situación ideal y natural para su edad, ahora se me viene el mundo encima al pensar en dar por finalizada la lactancia. ¿Y finalizarla porqué? Pues porque el riesgo sigue ahí, en concreto porque entre las diversas sustancias con las que trabajo, una es potencialmente tóxica y se difundiría a la leche.
Al que piense que exagero y no entienda que esto más que un inconveniente es un grave problema, le diré que como me están entrando unas ganas de llorar tremendas me voy a tomar un café, y ya cuando vuelva os termino de contar lo que dejar la lactancia supone para un bebé y para una madre. Con vuestro permiso...
Joder maja, cuanto lo siento, esto de que te obliguen a dejar la lactancia, algo que tanto se disfruta con los niños sobre todo cuando esta establecida, me parece una auténtica faena. Al menos piensa que Pablo ha podido disfrutar casi 10 meses con las vacaciones de la mejor alimentación que ha podido y que mucha gente quisiera y no puede, el y tu lo habéis podido hacer realidad. Mucho ánimo y millones millones de abrazos guapa!
ResponderEliminarBesis
Sí, en ese sentido podemos estar contentos. Pablo ha disfrutado de algo que en su día no pudo ni su madre, ni su padre, ni sus tíos, ni sus primos...
ResponderEliminarMuchas gracias por los ánimos, besos y abrazos para tí también :)
Vaya, cuánto lo siento. Diez meses son bastante tiempo en nuestro medio, pero claro, cuando lo estás disfrutando, fastidia un montón. Me imagino que no os podéis permitir una excedencia, ¿no?
ResponderEliminarBueno, ya has visto lo del problema de la excedencia en la otra entrada. Que vamos, sería la solución indicada, sí. Diez meses son bastante, no para lo que debería ser pero sí para lo que se suele conseguir, y hay que estar felices por ello, es verdad. Ojalá algún día las leyes permitan bajas maternales que pongan esto al alcance de cualquiera, y esas cifras tan malas de lactancia que se manejan ahora suban como la espuma.
EliminarUn besito!
Jolín, chiqui! Qué penita me da leerte! Porq sé que lo estás pasando mal, y que vas a estar con el come-come dentro hasta que llegue la hora. Así que el destete es inminente ya, no? No hay posibilidad de hacer nada? Más vacaciones? Excedencia? Ains... que mierda de país. Desde luego que habrá en países que estén peor en este tema, pero también los hay mucho mejor, y es esos los que hay que mirar para intentar mejorar, por nuestros hijos, que lo merecen todo! Un beso muy fuerte preciosa, para ti y para Pablo, aunq esta vez para ti más fuerte!
ResponderEliminarPues sí, no sé muy bien cómo actuar todavía, así que de momento seguimos igual, pero tengo que ver ya qué hago.
EliminarOtro beso para ti, guapa!
PD: te mandé un mensaje por twitter, tengo problemas de acceso al blog...
Lo bueno es que ya habras introducido mucha AC con.lo que las tomas se habran reducido no?? mira acabo de decir una estupidez y al ponerme en tu lugar y pensar en las noches y el.arrullo materno me arrepiento!! es muy dificil! un beso
ResponderEliminarEstupidez no, para nada, mujer. Es que me animáis para ver las cosas lo menos negativamente posible, aunque como dices es difícil.
EliminarUn beso también para ti, guapa :)
jajaja es que me atoré y ya no supe como segui..perdona jajjajaja
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